NOTA DE PRENSA 
Tras tres intensos meses de nuestra primera residencia internacional de artistas en la 
Asociación Gallega de Arte Contemporáneo Monty4, la artista oriunda de Guadalajara 
Paula Fraile , la Italiana Roberta Venanzi y la gallega Iria do Castelo, presentan 
finalmente toda su obra creada en este período empapada de nuestra ciudad y nuestra 
cultura. 
Tres Jóvenes artistas internacionales que se encuentran en espacios y tiempos, que 
dialogan con discursos personales; compartiendo la circunstancia del éxito y trayectoria 
internacional; tejiéndose entre ellas una red que se materializa y contextualiza en esta 
exposición tras tres meses de estrecha convivencia.  

Paula Fraile (Guadalajara, 1982) trabaja con pintura digital, stop-motion, grabado, sonido, 
tecnología, performance, instalaciones, todo en ella es energía creativa y artística, pero 
sobre todo es pintora temperamental y sorprendente. En su particular mundo creativo la 
abstracción, el libre movimiento y el perfecto equilibrio coexisten creando una 
interesante tensión de formas que crean su imaginario, su lenguaje expresivo que crece 
y madura llenando el lienzo mediante colores flúor, neutros, primarios... Toda una 
explosión. Tiene obra en instituciones como la Biblioteca Nacional o la Uttarayan Art 
Fundation en Badora (India), y ha expuesto en gran parte de España así como en México, 
Italia, Republica Checa o Croacia. Transitó con becas internacionales por Madrid, Bélgica, 
Croacia, India o Florencia en donde en algún momento se podría haber encontrado con 
Roberta. 

Iria do Castelo  (A Coruña 1977) es escultora, una escultora “fantástica”. Pero no solo 
eso, tras una intensa formación, trabaja y explora, con sus criaturas escapadas de la 
pluma de Lewis Carroll, el grabado y las posibilidades de la gráfica contemporánea. La 
geografía gallega se encuentra jalonada por su obra pública (A Coruña, Laxe, Corrubedo, 
Cesuras, Arteixo...), fue seleccionada por el Pintor Antonio López para participar en la III 
Cátedra de  ciudad de Albacete, su obra ha estado presente en salas de España, 
Portugal y ha  traspasado nuestras fronteras íberas hasta llegar a México Df, Roma o 
New York. Criaturas de papel en dos o tres dimensiones, parecen querer salir de la 
estática forma impartida por la artista para comenzar a moverse. Seguramente será por 
la noche cuando sus obras, dotadas de piernas y vestidas para la ocasión, dancen en su 
baile privado iluminando las tinieblas con sus ojos de cristal. Y conocedora del asunto, 
en breve Iria seguramente les regalará el movimiento. 

Roberta Venanzi (Roma 1985) Licenciada y Diplomada con Matrícula de honor sigue un hilo 
de colores... desde Roma su obra ha viajado por salas internacionales cruzando el 
atlántico hasta New York, y el hilo sigue transitando convirtiendo su pintura en costura. 
Con el recuerdo a la obra de artistas como Maria Lai, Ghada Amer, Mona Hatoum, sin 
olvidar la de Boetti y Vezzoli, la costura, signo distintivo del universo femenino en los 
siglos, asume su propia autonomía artística. La costura, proscrita, relegada a los 
quehaceres domésticos femeninos, desprendida de su arte primigenio, recupera en la obra 
de Roberta su capacidad artística y se convierte en hilo conductor de su obra. 
Microcélulas y colores mordaces concilian su disonancia, como ella describe en su poética, 
conviven estructuración y des-estructuración, lozanía que parte de una degeneración de 
la forma y del mismo nacimiento de módulos diferentes por germinaciones de nuevas 
figuras y recorridos filiformes. 

Valle García 
MONTY4 

“Posiblemente sea esta una exposición colectiva consecuencia del inevitable azar, pues si hacemos un 
breve recorrido por sus biografías, nos encontramos con coincidencias en territorios y tiempos, 
casualmente coincidieron y coinciden, también, en la forma de afrontar y entender una obra. No 
pretenden un modelo de expresión plástica, una corriente, un manifiesto programático, un ismo; no, no 
tienen un nexo estético común, su hilo conductor es esa manera de entender el arte a través de una 
constante lucha con el mismo, investigando formas, soportes, texturas, técnicas; es la persistencia del 
desafío. 
Son conscientes de que la seña de identidad de su forma de expresión artística se realiza a través de 
la integración transcultural (en contraposición a un sistema monocultural) en todas sus acepciones, 
tanto a nivel territorial como de tendencias, soportes o técnicas. 
Sus maneras de iniciar y afrontar la obra son diferentes; así, Roberta Venanzi consigue una pulcritud, 
equilibrio y orden, a partir de un caos inicial desde el que va construyendo su discurso narrativo; 
Paula Fraile busca ese orden por el sendero que exige el esfuerzo de la composición, por caminos que, 
a veces, conducen al infinito, a la inconclusión de la obra que parece no acabarse o derivar en la 
utilización de otros soportes o interacción con otras disciplinas artísticas como la música, el vídeo o la 
literatura; Iria Do Castelo ante la obra, todavía ausente, realiza un ejercicio de reflexión previo, 
medita el trabajo, el soporte, la perseguida originalidad, el motivo (el asunto, que diría Jaime D. 
Tenreiro) con ese halo de enigmática e incierta ingenuidad.” 

Jesús Montero. 
A Coruña, Octubre de 2013.  
(Texto extraído del catálogo)